Se trata de saber escoger qué batallas librar, dijo mi amigo Morel. Y de repente, con esa frase aparentemente sencilla, se me encendió la luz.
Tal vez no soy capaz de escoger bien qué batallas librar. Tal vez no soy capaz de aceptar una realidad distinta a la que mi mente ha registrado. Las bolsas se abren, tienen que abrirse, y dentro se les introduce los alimentos y la pasta de dientes, es así como funciona. Una bolsa cerrada se transforma entonces en un reto, en algo personal, en algo que altera el estado previsto de las cosas y que yo pretendo entender, remediar. Así que sigo estudiando la bolsa y la manera de abrirla, y sigo dejándome los nervios y la yema de los dedos en un objetivo absurdo e imposible. ¿Qué tal aceptar que hay cosas que escapan a mi control y que no dependen de mí? ¿Qué tal si por una vez pienso que si la puñetera bolsa no se abre, no es porque yo lo esté haciendo mal, porque yo no sepa cómo abrirla, sino por cualquiera de los millones de motivos por los que una bolsa no puede ser abierta, motivos, todos ellos, ajenos a mi persona y que no está en mi mano conocer, ni mucho menos remediar?
Así que he decidido canalizar y centrarme en lo que sí es importante, en aquellas batallas que sí merecen ser libradas, en aquellas en las que los beneficios al conseguir el objetivo sí merezcan la energía y el esfuerzo dedicado.
Y le digo adiós a las bolsas pegadas. Sobre todo porque hay millones abiertas.
12 comentarios:
TODOS LOS DÍAS SON UNA NUEVA BATALLA QUE LIBRAR
Y ES CIERTO UNO SE EMPECINA EN QUERER ABRIR UNA BOLSA SIN EMBARGO HAY MILES ABIERTAS
SALUDOS
Lo sentimos, pero no hemos podido llevar a cabo tu petición.
Hemos detectado los errores siguientes:
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La clave estriba en decidir que bolsas abrir, cerradas y resistentes o facilonas y accesibles. No todas las bolsas interesan por muy disponibles que estén. Cada cual que acepte el reto que es capaz de soportar.
probando, probando (no me fío)
Morel
funciona !!!
Por cierto, olvidé comentarte que dispones de una mención especial en mi blog. Es bine merecida.
:)
Si no se abre la bolsa es porque lo haces mal. Querer echar la culpa al millón de cosas restantes es simplemente poner un millón de excusas.
O acaso no hablábamos de bolsas del súper?
Pues la verdad es que de lo que menos hablaba era de bolsas de super... en realidad me refería a todas esas veces que pierdo el tiempo y la energia en cosas idiotas porque no soy capaz de rendirme y de aceptar que sencillamente no puede ser, o que por lo menos yo no soy capaz de conseguirlo. Creo que a veces hay que ser capaz de renunciar. Y el no hacerlo es más una cuestión de orgullo que de otra cosa, sobretodo si el beneficio final no compensa, como abrir una bolsa, por ejemplo.
Gracias, Sergio, por tu mención.
Tienes razón. No hay qu eperder el tiempo en chorradas... te imaginas en el lecho de muerte pensando las horas o incluso días, que has perdido en tu vida ante la mirada impertinente de una cajera de supermercado malhumorada esperando a que abrieras la dichosa bolsa?
Saludos... como siempre sigo tus pasos.
Hola, pasaba por aquí, a echar un vistazo, el comentario en el blog de morel, sobre la ausencia de dentaduras postizas, me ha tocado, pero la frase; Adios a las bolsas pegadas, más todavía!!! Que si, que tienes razón que ya tenemos poca energía como para gastarla en abrir una bolsa, no habrá cosas más importantes que hacer?? y que nos den más satisfacción??. Bueno, pus ya pasaré por aquí más a menudo.
bicos
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