martes, 3 de mayo de 2011

Invocaciones

I

En ocasiones veo muertos. Qué va, es mentira. Lo que sí es verdad es que de vez en cuando me suceden ciertos fenómenos igualmente poco explicables. Como ejemplo, algo reciente. Se trata de una persona a la que no veo desde hace veinte años. No exagero. Veinte. Un día, encuentro un CD con canciones de los Héroes del silencio. Lo pongo. Son canciones antiguas, muy antiguas. Suena Agosto. Flor venenosa. Me recuerda a esa persona. Es un flash, una relación de ideas rápida, fugaz. No es siquiera un pensamiento completo o un recuerdo concreto. Esa persona se me cruza por la mente. Y esa misma tarde, mediante un método absolutamente sorprendente, (me encantan los blogs), esa persona se pone en contacto conmigo. Sin saber que soy yo, la misma adolescente delgaducha que observaba detrás de las puertas. Ahora, eso sí, completamente desarrollada.

II

Estoy segura de que le sucede en mayor o menor medida a todo el mundo. Soñar con alguien a quien hace tiempo que no ves, y encontrártelo ese mismo día. Pensar en alguien y recibir un email de ese alguien en ese mismo momento. Decir iba a llamarte ahora, y que sea verdad. Todas aquellas veces que jamás podrán demostrarse, en que dos personas coinciden pensando juntas en lo mismo. No puedo evitar ponerme metafísica y pensar que de algún modo estamos todos conectados. Como en una inmensa red. Que nuestra energía, la que generan nuestros pensamientos, es capaz de llegar de algún modo a las personas a las que invocamos, como por ondas magnéticas. Que existe un efecto llamada y un efecto respuesta.

III

De ser así, ¿quién invoca a quién?, ¿quién toma la iniciativa?. No es que tenga mayor importancia quién da el primer paso, pero me encanta la idea de que mi pensamiento tenga la capacidad suficiente, la potencia necesaria como para provocar una reacción en otra persona. Una especie de llamada mental inconsciente que diga eh, estoy cerca, mi energía está cerca, piensa en mí. Encuéntrame.
Es posible que como siempre me esté complicando. Tal vez existe una explicación más simple. Una inmensamente más triste y aburrida, vale, pero también menos esotérica: casualidades de la vida.

12 comentarios:

Morel dijo...

Típico ejemplo de superficialidad masculina: haces una reflexión sobre la espiritualidad, la existencia o no de lo que en inglés llaman serendipity, si hay una conexión entre todo, etc etc y yo me he quedado pillado con la frase " Ahora, eso sí, completamente desarrollada. ".
Soy un patán insensible, lo sé,

Anónimo dijo...

Me encanta Morel, ay cómo somos, es parte de la gracia de la vida. Sonia, yo no creo en esas cosas, en principio. Pero sí hay veces que sorprenden.

Sonia dijo...

Me encanta la palabra patán. Si la pronuncias con fuerza no parece castellano, parece chino o tailandés. Me la apunto.

A. Sandler dijo...

Todo está conectado! Life (gran serie).

Máximo Cano dijo...

...yo también soy patán.

Pronuncialo rápido o lento, fuerte o flojo y el resultado... ese soy yo.

Saludos.
P.D. sigo siendo tu fans nº 1

Anónimo dijo...

Recién llegado a tu blog y me encuentro con "invocaciones", "conexiones", "energía"...
Si al final va a tener razón la buena de Rhonda Byrne con su PODER y su SECRETO.
Felicitaciones por tu blog. Un saludo,
Franccesca&Mario
http://blogoccidente.blogspot.com/

Dallas Alarm Companies dijo...

Thanks for taking the time to discuss this, I feel strongly about it and love learning more on this topic. If possible, as you gain expertise, would you mind updating your blog with more information? It is extremely helpful for me.

Riverside Home Security dijo...

no doubt, this is one of the best blogs I have seen, keep it up! Riverside Home Security

Escribir es seducir dijo...

ES MUY REAL UNO PIENSA EN ALGUIEN Y LLAMA O APARECE

ME GUSTA TU BLOG

SALUDOS

David Cotos dijo...

bueno a mi este año en Febrero me paso que soñe con una palabra y horas más tarde un amigo del trabajo me dijo esa misma palabra (que era su apodo en un trabajo). no le dije nada, pero para mi mismo me di cuenta que la coincidencia era increíble.

Anónimo dijo...

ojala fuera cierto

Ariel dijo...

Buena perspectiva. Creo que esto nos ha pasado a todos y la lástima es la ocasión en que justo cuando iba a producirse el encuentro casual en la calle, hemos optado por otra calleja o entrado en una tienda y perdido, así, la oportunidad.

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