martes, 9 de febrero de 2010

Paloma



Esta mañana una paloma ha perdido la vida estampándose contra el parabrisas de mi coche. Desconozco si una paloma mojada por la lluvia, con frío, hambre y quién sabe si incluso abandonada por su palomo, puede en un momento dado tomar la desesperada decisión de quitarse la vida. No sería la primera vez que un animal se suicida. Según google algunas ballenas lo hacen en grupo, y los agapornis más radicales cuando pierden a sus parejas amanecen ahorcados entre las rejas de sus jaulas. No he encontrado sin embargo ningún antecedente que me hable de palomas depresivas. Por muy dura, sucia y perra que pueda parecer la vida de una paloma, siempre existe un motivo por el que seguir viviendo. Puede que sea el instinto reproductor, o la ilusión de encontrarse con una bolsa de quicos medio llena, o la de que un cazatalentos las descubra y las saque de la calle convirtiéndolas en reputadas palomas mensajeras (para ejemplares más ambiciosos y tal vez poco realistas). En todo caso, y cualesquiera que fueran las ilusiones que tuviera la paloma de esta mañana, éstas se han visto cruelmente truncadas por un lamentable error de cálculo. “Paso por encima”, habrá pensado al verme, y no le ha dado tiempo. Así de triste.

Su muerte me ha dejado cinco cosas: 1) una mancha de sangre en el cristal que la lluvia se ha encargado de limpiar. 2) algunas plumas pegadas en el limpiaparabrisas. 3) el susto en el cuerpo. 4) lástima y un poco de asco, aunque quede mal decirlo. 5) material para escribir un post reflexionando sobre las casualidades y sus efectos. Porque, ¿quién sabe qué hubiera pasado si yo hubiera ido más despacio? Quizás la hubiera dejado inconsciente, pero no muerta, hubiera pasado por ahí un veterinario piadoso que la hubiese recogido, sanado y vendido al Servicio Colombófilo Militar. O no hace falta ir tan lejos, si el coche se me hubiera calado o me hubiera encontrado con la vecina plasta del primero, (que no entiende que un "deu!" sin mirar a la cara significa que no tengo tiempo de hablar), hubiéramos ganado sin duda el segundo que marcara la diferencia entre una paloma sobrevolando felizmente mi coche, y una paloma estampada en mi cristal. (Y pudriéndose en el asfalto, y haciéndose papilla atropellada y requeteatropellada por todos los coches que vienen detrás).

Lo cierto es que no es la primera experiencia que tengo con palomas muertas, lo cual ahora que lo pienso es cuanto menos inquietante. Una vez, hace un tiempo, pasaba por delante del Hard rock café, en plaza Cataluña, y una paloma muerta cayó fulminada a mis pies. Cayó del cielo con un golpe seco, dejándome a mí y a todos los guiris que me rodeaban perplejos. Por lo visto la paloma no entendió muy bien que los cristales del edificio eran cristales y no la prolongación del cielo, y se golpeó contra ellos con toda su fuerza.

¿Qué me pasa con las palomas? ¿Se trata de alguna señal?

7 comentarios:

ordago13 dijo...

Lamento la perdida de la paloma...

Aunque está por todos los lados estos días...

Interesante blog, pasate por el mio cuando quieras..

Morel dijo...

había una canción de emilio aragón que igual te da claves

G* dijo...

Te entiendo perfectamente. Una vez caminando cerca de casa una paloma también cayó herida de muerte justo delante de mí...acababa de darle caza una gaviota algo perdida que no debía encontrar mucha comida en esa zona tan lejos del mar y decidió que la paloma podía resolverle el problema. Pude ver la secuencia completa: el vuelo de la gaviota, el picotazo mortal y luego la pobre paloma cayendo a mis pies.

Detesto a las palomas, las considero ratas con alas. Pero esa tarde también se que me quedó la mezcla de pena y asco que comentas. Y eventualmente usé la imagen en uno de mis relatos, como metáfora de esas situaciones protagonizadas por otro tipo de pájaros bravos y palomitas despistadas.

Anónimo dijo...

Quizas fue un suicidio. No esta muy buena la vida para las palomas en estos dias...

milagros dijo...

Aborrezco las palomas, son muy sucias.
Cómo no creo en las señales...

Anónimo dijo...

Alguna vez una paloma se estrelló contra el foco delantero derecho de mi coche. Yo lo consideré un buen augurio (para mí, no para la paloma, que si no murió, sí se quedó tonta por lo menos). Y no sé, no sería muy avispada la paloma, se llama selección natural (con un poco de tecnología y modernidad de por medio).

Freak dijo...

Vaya, he oído muchas veces eso que dice G de que las palomas son ratas que vuelan. Seguramente lo son. Pero seguro que impresiona ver la muerte tan de cerca cuando no la esperamos. Ver morir a alguien te encoge el corazón, aunque sea una rata que vuela, ¿no?¿
Casi mejor que muriera de golpe. Lo del veterinario es bonito pero ciencia ficción. Creo que los veterinarios son como médicos, fríos e insensibles a la muerte y el sufrimiento, por lo que he visto.
La gente que recoge animales heridos no suelen ser veterinarios.

Entiendo que se te haya quedado mal cuerpo. Piensa que la muerte forma parte de la vida y que es menos malo que muera una paloma que alguien que conoces o quieres. Y ver la muerte de cerca siempre es bueno, te acerca a la vida.

Besos.

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