A veces me siento como un pequeño píxel dentro de la inmensa pantalla de la vida. Un píxel que forma parte de algo, de una proyección que tal vez tiene sentido en su globalidad, observada desde fuera y con una perspectiva que soy incapaz de comprender. Yo, un píxel pequeño y miserable, miro a mi entorno y brillo como todos los píxeles cuando toca brillar. Me coloreo como todos los píxeles cuando llega el momento. Me oscurezco como todos los píxeles cuando es necesario. Y no vale la pena cuestionarse ni el por qué ni quién lo ha decidido, ni con qué fin, ni si existe realmente un fin. O mejor, sí vale, pero es inútil. ¿Qué sucede cuando un píxel se apaga definitivamente? Nada, no cambia nada. Tal vez sí afecte a sus píxeles colindantes, pero en modo alguno a la globalidad. Y tal vez nada cambia porque todo es casual. Tal vez nada tiene sentido ni siquiera en su globalidad, tal vez ni siquiera existe ese algo capaz de comprender el todo, tal vez, y lo más jodido del caso es que es lo que realmente sospecho, tal vez es que no hay nada que comprender. Destino, casualidad, causalidad, vida y muerte. ¿Libertad?
Hoy me siento como un pequeño píxel dentro de una pantalla gigante.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
Hace 57 minutos
7 comentarios:
Buena imagen (valga la redundancia)
Sin pequeños pixeles no hay imagen.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Es que sólo eres un pixel, y no hay nadie más importante que tú. Hay más pixeles eso sí, algunos incluso interesantes.
La putada es como te toque ser el pixel que proyecta la imagen de la verruga de la Esteban,... Como en todo es importante saberte colocar! (me había colado con la ortografía)...
Es cierto, somos un pequeño pixel de una gran pantalla, pero sin esa minúscula y ridícula aportación la imagen global pierde calidad. Con su ausencia, mirarás la inmensidad y siempre se percibirá el defecto. Un poco que suma el todo.
¡Las casualidades no existen!, me lo he aprendido y grabado a fuego.
Te adjunto una reflexión parecida: http://superehore.blogspot.com/2010/08/casualidades.html
Adelante. Carpe Diem!
atentamente,
un simple superEhore.
Me gusta lo que dices y la metáfora con los píxeles es muy interesante. Piensa que un píxel nunca se puede reemplazar y el sentido de un píxel no existe sin contar con quienes te rodean. Del mismo modo, la felicidad o sentido de la vida, podría ser eso.
Un beso!
Te sigo...
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